“Los seres humanos nacemos vinculados a nuestro sistema familiar y esos vínculos permanecen por siempre, además, determinan la forma como se configuran nuestros circuitos neuronales, percibimos el mundo y a nosotros mismos.”

– Vania Morales

Es en el seno de una familia en donde damos los primeros pasos para la construcción de nuestra identidad. Las relaciones más significativas de nuestra vida se encuentran ahí, y sin embargo a pesar del afecto y la cercanía, las relaciones entre familiares pueden ser complicadas. Sobre todo porque aunque comparten muchas cosas, cada miembro de la familia es único.

En todas las familias existen problemas, pero cuando estos persisten en el tiempo y dañan nuestros vínculos y sentido de pertenencia, es necesario buscar ayuda profesional. La terapia familiar tiene como objetivo identificar y fortalecer los recursos ya existentes dentro de la familia y aprender a funcionar de forma colaborativa para encontrar mejores patrones de comunicación y de afrontamiento. Con un respeto profundo en las creencias, cultura y experiencias de vida personales, el terapeuta familiar ayuda a los miembros a sentirse en un ambiente seguro que les permita expresar sus emociones, entender cuál es nuestro rol dentro de la dinámica familiar y buscar maneras de modificarlo para el bienestar propio y de los demás.

Las sesiones de terapia familiar pueden funcionar en formatos diversos; se pueden realizar sesiones con toda la familia presente, o bien con uno o dos miembros según la disponibilidad y necesidad. La flexibilidad y el respeto de los ritmos de cada familia son elementos esenciales en este tipo de terapia.